Si voy en coche al trabajo, salgo de casa sin las llaves del coche. Si voy en autobús, nada más sentarme en la parada, me doy cuenta de que se me ha quedado la tarjeta en casa. Cuando voy andando, hay una explosión de posibilidades; se ha dado el caso de que coja las llaves del coche en vez de las de casa, y me quede de puertas "p'afuera"; si tengo la suerte de acertar con las llaves, es posible que lleve puestas las zapatillas de casa, y si tengo la suerte de que nada de eso ocurra, se que a mitad de la tarde, recordaré que se me ha olvidado algo.
Tengo pinceles danzando por toda la casa, tengo tantos que a veces, cuando los veo, ni siquiera sabía que existían; los veo a todas horas, y cuando realmente los necesito, se les da por desaparecer y tengo que acabar pintando con un cepillo de dientes.
El otro día, intentando poner un poco de orden, descubrí que tengo un estuche maravilloso
¿Qué necesitamos?
- Un estuche (llámale, cartera, bolso,...cualquier cosa sosa/vieja que queráis renovar)
- Pintura acrílica/pintura para tela
- Rotulador para tela
- Cinta de carrocero
1. Colocar cinta de carrocero en el borde del estuche (sólo si lo queréis conservar en negro).
2. Para no pintar sobre negro, que oscurecería bastante los colores, le di una mano aguada de pintura blanca para tela.
3. Una vez seco, marcamos con cinta para diferenciar los tres colores que llevará el estuche, rosa, blanco y verde, y pintamos con cuidado (yo utilicé pintura para tela, que es bastante opaca, pero podéis utilizar pintura acrílica).
4. Lo dejamos secar y retiramos toda la cinta que hemos puesto. Retocamos lo que necesitemos.
5. Repartimos las pepitas de la sandía por el estuche. Yo las marqué con rotulador negro para tela, pero si os dais mañana, también podéis hacerlo con pincel.
ET VOILÀ!!
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